lunes

Octubree Misionero

Cuántas personas no disponen de las cosas necesarias para vivir: el empleo, el trabajo. A cuántos les falta el agua potable, la habitación, el vestido, la educación, la salud, un mínimo para el futuro. ¿Nos hemos puesto a pensar y a sentir la magnitud del sufrimiento que estas cifras implican para nuestro pueblo? ¿Hemos pensado en que nosotros, cada uno, cada familia puede ayudar en algo al prójimo? ¿Los que tienen más recursos que les ha dado la vida, han pensado que tienen una responsabilidad mayor ante Dios y ante la sociedad, para colaborar de tal manera que la vida sea menos adversa a muchos prójimos, a muchos compatriotas?

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